sábado, 12 de marzo de 2016

¡Que se muere la Gabriela!

Regresé a los Secretos Públicos no porque sí, sino porque muerte.

El 15 de noviembre de 2012 falleció el Ángel, un primo que tenía 29 años cuando yo tenía 28. No es que recordase la fecha exacta, tuve que recurrir a un post anterior para saberla.

Hoy sábado 12 de marzo de 2016, falleció Gabriela de 41 años, dejando atrás —como dicen los obituarios— las cenizas de una hermana que murió a los 35 en el mismo hospital por la misma enfermedad, una hermana como ellas, solterona; una madre —que apenas puede ver— aferrada a un bastón y esperándola en casa, un padre con cáncer en etapa terminal en el mismo hospital donde fallecieron ella y la hermana, una invitación de amistá en el feis que me hizo y nunca acepté y ¡pff! a mi madre en ese mismo hospital haciendo malabares entre los trámites con el IMSS y su hermano, mi tío moribundo. Hoy tengo 31 años y me enteré de la noticia después de tres horas de discusión absurda con "novio" en este sábado pardo que lo único que tuvo de bueno fue la visita al precioso gimnasio de la colonia, jugar con mis gatitos, la fruta, el jugo natural, el smoothie para la "buena circulación" y el güebito con chía y queso bajo en grasa del desayuno.

Es que ¡qué monada esta pesita rusa de piedra
que hay en la cancha de crossfit!

Tres primos que debido a enfermedades murieron muy jóvenes y un tío a-punto-de ya son multitud. Puede que por esto soy asustadiza y a la menor provocación pienso que me va a dar un algo. Hasta hace unas semana ya me hacía con una insuficiencia cardiaca o una angina de pecho. Espero que con el ecocardiograma se confirme que el único mal que tengo es un trastorno de ansiedad y si no, pues ya ni pedo.

Ya hablé con mi madre y me dijo que el ritual de velación al cuerpo que por costumbre se hace y no sé cómo se llama, será en el velatorio de la Roma, el de siempre. Me dijo que en cuanto sepa que el cuerpo está ahí me avisa para que vayamos "novio" y yo.

Soy bien hija de la chingada por no estar ahí, por no ayudarles en algo al menos por el amor que digo tenerle a mi madre. También soy bien ojetita con "novio", o eso dice repetidas veces durante las famosas discusiones absurdas de tres o más horas, tal vez sí. También soy rete-hipócrita por lo que dije de "viva la vida" en esta publicación: ¡Que se muere el Ángel!

Y pues sí, como dije hace rato en Twitter:



P.D. 1 Ahora voy a tener que ir
con mi cara de pendeja —la única que tengo—
donde "novio" a decirle *léase con voz sonsa* "es que 
ya se murió la prima, que si me llevas al velatorio"...

P.D. 2 Y llegaré al velatorio en compañía
de "novio" o sola, no sé,
con mi cara de pendeja
intentando ponerla de las de
aflicción-resignación-no-somos-nada
a no decir nada porque no me grabé la frase ganadora
que recomienda Toni Servillo para esos casos
en La Grande Bellezza.