miércoles, 28 de mayo de 2014

Ojalá todo se pudiera solucionar con dinero

A mis apenas 29 inviernos (invierno es más depresivo, más yo) perdí millones de veces, qué digo millones... apenas unas cuantas. La cosa aquí es que todas esas veces tuvo remedio y se tradujo a dinero.

No me sobraba en ese entonces, no me sobra hoy, la verdad. La mayoría de esas veces fue dinero de mis padres. Mamá siempre me dijo "Da gracias a Dios por poder remediarlo, ¡ojalá todo se solucionara con unos pesos!" Que si perdía la cámara, que si extraviaba mi celular o algún CD ajeno, que si chocaba contra un trailer o contra el coche de algún compañerito de la universidad. Todo lo perdido o abollado era substituible y reparable.

A mis apenas 29 inviernos perdí el amor. O lo perdió el Flaquito o lo perdimos entre los dos, o lo tiramos a la basura como hacíamos cada 15 días con kilos de comida desperdiciada. Canceroso, el amor entre nosotros agonizó por meses. Yo vomitaba reclamos todas las noches, él pasaba largos períodos ausente, inconsciente. Los paliativos: todo lo que el dinero puede comprar.

Me aferro a pensar que me amó. Me queda justificarlo y creer que su amor lo demuestra con dinero, me queda saber que no soy buena comunicándome, que de haber querido seguir junto a él debí aguantar.

Todo lo que escribí anteriormente ya no cuenta. También se fue a la basura cuando ayer confirmé lo que uno de sus lame-huevos me dijo alguna vez. Confirmé que pese a que le rogué hasta el cansancio, si ya no quiso tener sexo conmigo los últimos seis meses (más o menos) de nuestra relación fue porque él ya le estaba moviendo el atole a la Morra Esa, atolito que sus hermanos dejaron antes que él ahí. Atolito que meneaba en la que era nuestra casa.

  Morra Esa [1] y el Flaquito en la que era nuestra casa  


¡Qué triste! Y como si esto no fuese suficiente...

1) Ayer salgo de la oficina después de un largo día de trabajo, decepcionada porque me entero de que creen que lo que hago lo hago por "quedar bien" cuando en realidad lo hago porque amo diseñar y en términos generales adoro mi trabajo, no porque sea de esos lame-huevos que ante sus ojos son maravillosos.


   Trabajo como negra para vivir como morena  

2) Acompañada por mi amo y señor Pandito-Cotoneto me dispongo a ahogar mis penas en grasa y cebada en una de las fonditas del barrio, fondita testigo de la germinación de nuestro amor (el que Flaquito y yo nos tuvimos) "nuestro amor", .

Me dispongo a recordar los bellos momentos que con Flaquito pasé y a hablar de lo mucho que le extraño.

3) En Amsterdam, nos estacionamos sobre la calle Parras... Nos recibe la amable, carismática, arrastrada y mesera ex-novia de uno de mis niños de Diseño, le enseña las chichis a mi muy querido Pandito-Cotoneto, le da la bienvenida. Reímos ambos (ella también).

4) Digo a la mesera que nel, cruzamos hacia la fonda meta, los tenis de adolescente fresa que usa Pandito-Cotoneto rechinan al detenerse en seco. Me dice: "¡Regrésate, regrésate! No vas a querer ver esto, ahí está *inserte nombre real de Flaquito aquí*".

5)
Le pregunto: "¿Por qué no?"
Responde: " Está con alguien"
Le digo: "¡VERGA!"
Dice: "Vámonos, o nos quedamos en el Second pero no sé si quieras topártelo, su coche está aquí"...
Le digo: "No, pos ya".

  Y qué juguetón es el destino  

6) Nos trepamos a su coche, nos vamos pero inevitablemente debemos pasar frente a la fondita donde Flaquito está. Le pido que disminuya la velocidad, quiero ver el rostro de La alguien del género femenino, la neta.

7) Disminuye la velocidad, me fijo... El Flaquito la abraza, besa la boca de La alguien [2] con quien está y que por cierto no es la Morra Esa, sino una más.

8) Nos vamos a otra fonda, Pandito-Cotoneto hace mofa de mi desgracia mientras lloro, lloro, lloro más y hablo de diamantes, mis gatos, mi madre.

  ..."ahora no nos está yendo bien,   
  por eso cuando alcancemos el éxito será más disfrutable".  
  - Pandito-Cotoneto dixit  

Los incisos:

a) La culera (como me llaman) no soy yo, más bien fui muy pendeja y perdí bonito por unos besos [3].

b) Mientras siga amando lo que hago ya encontraré a alguna corporación que gustosamente me pague por embellecer su marca o la de sus clientes.

c) ¡Súper de huevos que aunque trago como marrano, también cago como gusano! :D

  Desktop bistró  

d)  Lo padre que aunque el dinero no compra la felicidad, al menos soborna a la tristeza [4].

e) Tengo a mi izquierda la esponjosa chamarra de Flaquito, se la devolveré. When you finally let go the past, something better comes along.







[1] ... que jamás tendrá mi buen gusto y estilo. (ardilla)
[2] ... que jamás tendrá mi chispa y sentido del humor. (más ardilla)
[3] ... ¡qué ricos besos!
[4] ... eso dijo Pandito-Cotoneto que dijeron en una de las tantas películas que ve.