Cuando dejé la Prepa 5, la pizarra del marcador era electrónica y la duela estaba brandeada con nuestra bonita vaca.
Teníamos también nuestras estrellas del basket y como en la mejor peli teeny
boper-poper, eran guapitos. Sin duda no faltaron los porros, los
lagartos, dinosaurios y otros animales disfrazados de humanos
estudiantes; estuvimos los pelones (inocentes de cuarto año que fuimos*
rapados en nuestra novatada), los fresas de la banca 1 en pasillo
central ¡cómo olvidar a mi sueño imposible, Badim! Y también estuvieron
los porros, de a 20 pesos cada uno.
Recuerdo el auditorio
Gabino Barreda y su enorme pantalla donde proyectaban cine, recuerdo ver
adolescentes frenéticas gritar y mojarse por ver el torso desnudo de
Brad Pitt.
Recuerdo mi desfile
de los Dioses, los camerinos y sus espejos enormes enmarcados con focos
al puro estilo Hollywoodense; recuerdo que fui Artemisa, Diosa de los
animales salvajes y la caza, recuerdo mi tanga blanca y el pañuelo
blanco que apenas cubría mis pequeñas chechis. Recuerdo contonearme por
ahí.
En esa bendita prepa reprobé cuatro años seguidos
Matemáticas, ahí conocí a mi wampi Diovanny con sus sueños de conocer el
mundo y a los rockstars, sé que lo logró y viaja por todo el mundo
haciendo lo que le gusta. ¡Maldito puto! Se burlaba de mis pinceles que
armaba cortando mi cabello y atándolo a una ramita seca.
Ahí, en la Prepa 5 conocí a Percy,
mi amigo jipi, siempre tan misterioso y apantallante, cigarrillo en
mano. Ahora ya no apantalla ¡pero debieron verlo con su dupla, el Fer!
Trabajamos en la misma agencia el día de hoy, él escribe y yo dibujo
porque de escribir ¡no, yo d'eso no sé!
Otro muchachón que a la fecha se echa sus chupes conmigo es Alejandro,
en aquella época andaba malito del corazón, creo que fui mala porque un
día lejos de ayudarle se lo rompí chilló tres días y para el cuarto,
como buen médico en ciernes se lo curó. Desgraciado, nomás me llamó la
semana pasada pa'lborotarme y ni nos vimos.
A los tres les di sus besotes.
¡Verga! ¡Regresé 11 años en el tiempo, ¡hay tantas memorias!
*lo de "fuimos" es sólo para solidarizarme, a mí nunca me raparon nada. Me habrían despojado del brassiere pero nunca usé.
viernes, 29 de noviembre de 2013
jueves, 28 de noviembre de 2013
No sé convivir
Con eso de que convivir no se me da, mi círculo se reduce a 5 humanos. Hablar con las mujeres menores de 50 años la gente me cuesta muchísimo trabajo. Quizá debería ir con un Psicoanalista, Psicólogo o Psiquiatra para solucionar ese problema. La neta es que por "ese problema" es por lo último que acudiría con un especialista. Hay temas más importantes y decisivos factores en mi vida que me gustaría tratar antes que eso.
Entonces mientras no me afecte, pues hago caso omiso. Ayer estaba viendo una charla entre "expertos" que hablaban sobre qué es el amor, la familia, la fidelidad y los "polis". Decían que… ¡Bah! ¡No importa! el chiste es que la pelona con cara de lencha aseveró: "lo importante es que todos los polis sepan que son polis y le están entrando abiertamente al poli". [Este párrafo lo escribo nomás porque sí, no tiene relación con el resto del texto]
Como sea, en el amor lo único que debe imponerse es el respeto y libertad, ¿qué no?. La neta me da hueva ir a comer con su prima, ¿pos qué? ¿Por qué tengo que ir? ¿Por qué no ir me hace grosera? Me lo pidió como favor pero no entiendo en qué beneficia o perjudica que yo vaya. Nadie le obliga a ir conmigo a mis raras comidas familiares, va porque quiere.
¿Cómo ven? ¿Estoy mal o me revuelco? Digo, ¿¡qué!? Se aceptan
—humildemente— latigazos y regaños.
Entonces mientras no me afecte, pues hago caso omiso. Ayer estaba viendo una charla entre "expertos" que hablaban sobre qué es el amor, la familia, la fidelidad y los "polis". Decían que… ¡Bah! ¡No importa! el chiste es que la pelona con cara de lencha aseveró: "lo importante es que todos los polis sepan que son polis y le están entrando abiertamente al poli". [Este párrafo lo escribo nomás porque sí, no tiene relación con el resto del texto]
Como sea, en el amor lo único que debe imponerse es el respeto y libertad, ¿qué no?. La neta me da hueva ir a comer con su prima, ¿pos qué? ¿Por qué tengo que ir? ¿Por qué no ir me hace grosera? Me lo pidió como favor pero no entiendo en qué beneficia o perjudica que yo vaya. Nadie le obliga a ir conmigo a mis raras comidas familiares, va porque quiere.
¿Cómo ven? ¿Estoy mal o me revuelco? Digo, ¿¡qué!? Se aceptan
—humildemente— latigazos y regaños.
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