martes, 8 de enero de 2013

No existen las hadas

08|01|2013

Pues... hace unos cuatro años me di cuenta de eso, qué oso, a los 24. Esa valiosa información se la debo a mi ex, que Dios lo tenga en un buen lugar (no es que esté muerto, neta le deseo bien).

Fui informada de que la gente ya no piensa en casarse, o si lo hacen primero dan probaditas al compromiso y si después se convencen/embarcan/apendejan pues ya se casan, fui informada de que el ser humano de este siglo es individualista, egoísta y desinteresado.

Fui informada de que hasta yo soy así y ni cuenta me había dado.

A sabiendas de todo esto, fui caminando bien bonito por la vida estos años hasta que me llegó el amor y se reactivó ese virus o lo que sea, únicamente estaba en receso. Volví a creer en los cuentos de hadas, en hacer un nidito de amor y en hacerme una con el otro juntos, de la nada.

Se me ocurrió que todo era tan sencillo como conseguir las cosas básicas que a continuación ilustro:

WHAT WE NEED

En mi cabeza ya no estaba el matrimonio, al menos no como etapa primera, yo sé que todos somos inseguros, pero la gente ahora lo es aún más y dije, ok, no hay pedo. ¡Además yo ni boda pitera quiero!

En mi cabeza estaba sólo la imagen previa y unas tapitas, mucho alcohol y mi familia: mi chico, mis gatos y yo. Imaginaba el clásico cliché de los dos cambiando de lugar el colchón, arrastrándolo de un lado a otro, imaginaba a los gatos nadando dentro de la lavadora e imaginaba un enorme espacio sin muebles pero lleno de mucho amor y alegría.

Imaginé compartir mi nuevo capítulo de vida en algún momento -posterior a los días primeros de caos y algarabía- con personas que me importan, por gusto, sin pretensiones burguesas ni tradicionalismos, no por imposiciones ni formalidades obsoletas.

Bueno, pues eso no parece ser así, no entiendo el porqué.

P.D. "Me exigiste...", dijo. Me declaro incapaz de exigir nada.

No hay comentarios: